Reduce el 80% de control eléctrico.
El consumo de energía del PLC es muy bajo.
El número de relés y temporizadores dentro de la memoria sustituyen a los elementos físicos de control clásico, además de que el número de contactos en el programa es ilimitado.
El PLC es compacto, completamente fiable en entornos industriales y su reparación es rápida y sencilla.
Las funciones de control se pueden cambiar fácilmente mediante la programación, sin cambios físicos o de hardware.
La programación y cambios de programa son sencillos.
Los lenguajes son fáciles de aprender.
El PLC tiene gran capacidad de memoria para adaptarse a programas largos y complejos.
El autómata tiene una gran versatilidad para adaptarse a las necesidades de cada uno de los proyectos con los diferentes tamaños y tipos de CPU’s y los diferentes módulos y tarjetas de expansión.
El tiempo para completar un ciclo de control es muy rápido.
El PLC tiene la capacidad para controlar otros dispositivos inteligentes que cuenten con un drive de control a través de redes de campo por las que envía y recibe instrucciones.
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